Todo llega. Finalmente se ha abierto al visitante la remota provincia de Ratanakiri, en el noreste del país. Allí nos esperan algunas de las minorías étnicas más desconocidas del sur-este asiático, también áreas de naturaleza prácticamente inexploradas. Paisajes fantásticos con enormes ríos, lagos y cascadas, minas de diamantes y pueblos con una forma de vida que haría las delicias de cualquier antropólogo.
Dani S., nuestro hombre en Camboya nos da sus razones para viajar allí.
Una de las provincias más remotas de Camboya situada en el noreste, fronteriza con Laos y Vietnam.
Los atractivos de Ratanakiri son la exuberante naturaleza y, sobre todo, las minorías étnicas, pueblos que quedaron aisladas en una tierra remota. Ni siquiera tuvieron excesivos problemas con los khmeres rojos que no se preocuparon por ellas. No son etnias llamativas, no visten bonitos trajes ni hacen espectaculares ceremonias. No han tenido mucho trato con los occidentales por lo que, aun hoy, los miran con curiosidad y mantienen una cierta distancia. Pero lo que no tienen de llamativo lo tienen de interesante.
Lo mas espectacular son sus cementerios con totems lo que es una singularidad en el sudeste de Asia y, a la vez, un misterio. Pero no son menos curiosos sus poblados, y su forma de vida que es francamente distinta al resto del país. A veces sus costumbres abiertas (como la de proporcionar a la hija mayor una casa separada del resto de la familia para que reciba a sus “amigos») son extraordinariamente sorprendentes dada la cerrada moralidad de los Camboyanos actuales. Son animistas, hablan su propia lengua y no todos conocen el khmer. Son minorías de las que hay poca información y muy pocos estudios. Y, lo mas importante, queda un reducido número de individuos de cada etnia lo que, desgraciadamente, indica que acabaran por desaparecer puesto que no reciben ningún trato especial del gobierno (la enseñanza de sus escuelas es en Khmer y no se enseña su lengua propia).
Además Ratanakiri tiene muy bonitos paisajes, selva, cascadas impresionantes, minas de diamantes a cielo abierto, plantaciones de caucho y su extremo norte forma parte del Parque Nacional de Virachay aun a día de hoy no completamente explorado.
A mi me sorprendió Ratanakiri por que es una zona completamente distinta al resto de Camboya casi en todo; los paisajes nada tienen que ver con las llanuras centrales, ni las minorías con los Khemers.
A modo de extensión de nuestras rutas por Camboya, hemos preparado dos itinerarios diferentes por la provincia de Ratanakiri: La opción de visitas clásicas, posible todo el año y, para quienes disfrutan caminando, una alternativa de senderismo operable solo entre el 15 de noviembre y el 15 de mayo. Ambas propuestas tienen como base uno de los hoteles más bonitos de Camboya, el magnífico Terres Rouges, que en su tiempo fue la casa del gobernador.
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