Si estás pensando en disfrutar de un safari en África Oriental, deja que te revelemos algunas claves para que aciertes de lleno en tu elección. No todos los safaris son iguales y es importante conocer cuál de ellos se adapta mejor a tus gustos o necesidades.
Sin duda África Oriental es una de las zonas más lindas del planeta, con grandes espacios abiertos en los que los animales se mueven en libertad en extensas áreas protegidas. Poder contemplar la fauna local de cerca es una experiencia magnífica que deja huella. Y sabemos que una vez realizado, uno ya piensa en el próximo safari, no importa el número de safaris realizados con anterioridad.
Veamos algunas de los horarios más usuales para salir de safari en África y cómo se organiza la jornada en un parque nacional o reserva cuando salimos a observar animales.
Es un excelente momento por las condiciones de luz. Una luz limpia y que proyecta largas sombras y que es el mejor aliado para sacar unas buenas fotos.
A primera hora del día la temperatura es fresca y la posibilidad de ver animales activos es buena. El recorrido en este tipo de safaris a primera hora del día acostumbra a durar entre dos y cuatro horas. Lo habitual es desayunar ligero, a base de café, galletas y algunas pastas para subir al vehículo que nos llevará por el parque o reserva sin dilaciones. Conviene dejar la noche anterior todo listo (cámaras, baterías, filtros,…) para salir a disfrutar de la naturaleza.
Después de regresar de nuestra primera incursión del día nos espera el desayuno en nuestro alojamiento, ya sea un lodge o campamento habilitado. Durante las horas de mayor calor y cuando el sol cae con fuerza desde su cenit nos quedamos descansando y gozando de tiempo libre. Es el momento de disfrutar de la piscina, de revisar las capturas tomadas y en definitiva de relajarse esperando que llegue la hora del almuerzo.
A partir de las 16.00h ya nos podemos ir preparando para la próxima salida o game drive con nuestros dispositivos y cacharros listos y en estado de revista. Sería imperdonable no haber pensado en algo cuando ya estemos en medio de la sabana.
A medida que dejamos atrás el apogeo del astro rey los animales dejan de retozar protegidos del calor y poco a poco vuelve la actividad. Se acerca el atardecer, los colores rojizos invaden las llanuras de África y con ellos la posibilidad de enfocar nuestra cámara hacia animales de gran belleza. La luz de la tarde vuelve a jugar a favor nuestro para realizar buens tomas fotográficas. Cuando oscurece es el momento de regresar a nuestra base de operaciones.
Llegada la noche podemos disfrutar de una merecida ducha, seguida de una bebida mientras esperamos dar cuenta de la cena. Este es el momento para compartir las anécdotas de la jornada, contar batallitas alrededor del fuego y alargar las conversaciones bajo el cielo estrellado de África.
En algunas reservas y parques se ofrece la posibilidad de una nueva salida para realizar un safari nocturno.
Existen dos claras alternativas en tu medio de transporte para ir de safari. Una es montarse en un 4×4 y la otra, más reciente, usar un camión acondicionado. ¿Qué es mejor para un safari?
Viajar en camión para ir de safari quiere decir que viajas con 15-20 personas, con los ue compartes 24 horas al día. El vehículo suele estar preparado para ser “autosuficiente”, llevando la casa y la comida y bebidas para todos los pasajeros. Se trata claramente de un viaje en grupo en el que el guía desempeña una función fundamental. En la medida que estemos dispuestos a abrazar los conceptos “compartir” y “participar” la experiencia resultará muy positiva.
La alternativa al camión no es otra que los vehículos 4×4, que nos brindad la oportunidad de desplazarnos más en “petit comité”. Por una simple cuestión de tamaño y versatilidad esta modalidad de safari nos permite mayor independencia y flexibilidad ante los imprevistos, a la vez que circular por caminos en mal estado no resulta tan problemático, o incómodo.
Un grupo reducido es más silencioso, y tiene mayor facilidad de pasar desapercibido para los animales. Por otro lado, tienes menos probabilidades de que un compañero de safari te estorbe apareciendo por sorpresa delante de tu objetivo.
Por el contrario, la perspectiva más elevada desde un camión, ofrece un buen punto de vista fotográfico en determinadas situaciones de un safari.
No hace falta decir que uno va a un safari para tener la oportunidad de ver animales en su hábitat natural y en libertad total. Pero de alguna forma se ha establecido lo que sería una suerte de ranking en el que la posibilidad de ver los big five determinaría las primeras posiciones. ¿Qué animales son los big five?
Los cinco grandes de África no son otros que las siguientes especies. Lepardo, León, Elefante, Búfalo y Rinoceronte. Si vas de safari y puedes cazar en tus fotos a los cinco grandes te podrás considerar un afortunado.
La acampada es un recurso que se suele utilizar cuando no hay alternativas razonables de alojamiento; y las Reservas Naturales disponen de una buena variedad de Lodges y Tented Camps. Aunque es cierto que la ausencia de paredes en la sabana impresiona, posiblemente la acampada tiene en este caso más relación con la economía que con la aventura.
Por definición un safari es un viaje por áreas protegidas donde la presencia humana es escasa o mínima, así que no se disfruta de encuentros de larga duración. Por ejemplo, en tierras de los Masai, el contacto difícilmente va más allá de entrar en su aldea y presenciar sus danzas típicas.
Esta realidad puede resultar algo decepcionante, especialmente si se han tenido experiencias anteriores en África Occidental. Y esto ocurre tanto en Kenya como en Tanzania, ya sea viajando al estilo aventura como en un safari de lujo. Nuestra recomendación es combinar el safari con una visita a la costa del Índico donde predomina la cultura suahili.
Ahora solo nos queda invitarte a consultar la relación de safaris en África que encontrarás en nuestra web.
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