¿Dónde NO te duele?

Tras las primeras etapas, los corredores comentaban con naturalidad que les dolía un pie, una rodilla, una llaga… Ayer el dolor ya se les extendía por todo el cuerpo y resultaba más fácil preguntar: “¿Dónde no te duele?”.

Los veteranos dicen que este año no hace tanto calor como el anterior. Sin embargo, el recorrido está resultando ser más largo y con una geografía mucho más dura, plagada de jebels (montañas o colinas solitarias), ergs (zonas arenosas), hamadas y wadis (que a estas alturas ya sabemos lo que son, pero tranquilos, que por ahora no habrá examen de vocabulario árabe al final). Además, el viento sigue castigando como nunca, y arranca las tiendas y jaimas del suelo e impide descansar bien a los corredores. Para que lo entendáis, os transcribo las mismas palabras que Pere me manda para ayudarnos a imaginar lo molesto que puede llegar a ser: “Imaginad que vais al inodoro*. ¿Dónde va a parar la arena que se levanta con el viento? ¿Y el papel? Y prefiero no seguir…”. De todas las posibilidades que se me ocurren para ejemplificar lo fastidiosos que son la arena y el viento, sin duda ésta jamás la habría imaginado.

Hoy empieza la etapa non-stop. Tendrán por delante un recorrido de unos 80 km que deberán realizar entre hoy y mañana sin pasar por el campamento, es decir, que cada cual deberá pasar la noche como quiera o buenamente pueda, de modo que ya no contactaré con él hasta mañana por la tarde.

Pese a todo, las noticias de Pere terminan con un mensaje muy positivo, pues sus sensaciones personales son muy buenas, y nos dice: “Estoy cansado, pero, ¿y quién no?”.

(*) Inodoro = “detrás de una duna”