Si preguntásemos a la gente por la calle qué es una prueba de esfuerzo, muchos coincidirían en la misma definición: el examen físico que les hacen a los jugadores cuando los ficha otro equipo. La imagen la tenemos todos clara: pantalones cortos y una cinta mecánica sobre la que correr.La organización del Marathon des Sables obliga a todos los participantes a presentar una prueba de esfuerzo junto con un electrocardiograma. Ambos deben efectuarse durante las tres semanas anteriores a la carrera. Hoy he hecho mi primera prueba de esfuerzo. La verdad es que tenía cierta curiosidad por experimentar esta visita médica. Al reservar cita por teléfono, me insistieron en que llevara equipo de deporte para hacer la prueba.
Hoy por la tarde ha llovido lo que no llueve en un mes y, además de que iba tarde, me he confundido de bolsa y he cogido una del coche que no era la mía. He llegado a la consulta y me he disculpado por el retraso y por estar empapado. He pasado a la sala con el médico y me he sacado la ropa, hasta quedarme en ropa interior, que por cierto debo renovar. El señor de la bata blanca me ha auscultado la respiración, me ha mirado la columna y todas esas cosas que hay que estudiar. Finalmente, ha llegado el momento en que me ha dicho: “Bueno, ahora vístete de deporte y vamos a realizar la prueba de esfuerzo”. Al abrir la bolsa verde que he cogido a toda prisa del coche, me he quedado de piedra, he encontrado a Buzz Lightyear y otros juguetes de mis hijos. Con las prisas me he confundido de bolsa. He descrito la situación al médico y le he dicho que tenía el equipo fuera del edificio, dentro el coche. Al ver que en la sala no había nadie más, he decidido realizar la prueba en calzoncillos para no perder más tiempo. En este centro no tienen cinta mecánica, por lo que hacen las pruebas con una bicicleta estática. Me he subido a la bicicleta pero, como tenía pedales metálicos, me he visto obligado a ponerme los zapatos. Desnudo, en calzoncillos y con zapatos, he empezado a pedalear para la prueba. Mientras iba dando vueltas a los pedales, pensaba en el tiempo que hacía que no me subía a una bicicleta. Llevo tanto tiempo corriendo y sólo corriendo… Pasados unos minutos, he empezando a tener las primeras pulsaciones altas y me he visto reflejado en un espejo: una imagen muy distinta de la que había imaginado. Me he visto congestionado y sudoroso por el esfuerzo, desnudo con mis calzoncillos negros y zapatos oscuros. Y aunque intentara dejar a un lado la estética del momento, me preguntaba: “¿Dónde está la imagen glamurosa de las pruebas de esfuerzo?”.
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