Khiva, Uzbekistán | © Jesús Saravilla
Mayo es el mes perfecto para adentrarse en el corazón de Asia Central y descubrir las maravillas de Uzbekistán. Te proponemos retroceder en el tiempo visitando dos de los »Stans» de la Ruta de la Seda más fascinantes. Uzbekistán, con sus míticas ciudades que evocan sueños tan solo al escuchar sus nombres, y Turkmenistán, un país envuelto en misterio y cerrado al turismo durante muchos años.
Para este mayo, tenemos dos opciones de viaje a Uzbekistán. La primera te llevará desde el Mar de Aral hasta el Desierto Kysyl Kum, además de visitar las ciudades de Khiva y Bukhara, conocidas por sus murallas y mezquitas medievales.
La segunda opción es una combinación única de Uzbekistán y Turkmenistán. Además de Uzbekistán, con sus impresionantes ciudades como Samarkanda, Bukhara y Khiva, tendremos la oportunidad de explorar el enigmático Turkmenistán, un país que ha estado cerrado al turismo durante mucho tiempo.
Uzbekistán es un lugar que evoca imágenes mágicas con solo mencionar sus ciudades históricas. Su impresionante arquitectura islámica se destaca entre sus muchas maravillas, y su papel crucial en la Ruta de la Seda ha forjado una historia rica y fascinante.
Uzbekistán es una tierra vibrante donde la artesanía, la danza y la música ocupan un lugar especial. El baile del “Lazgi” es solo un ejemplo de la rica herencia cultural del país, con movimientos llenos de energía y significado. Además, su gastronomía es una experiencia imperdible. También destacan las hermosas cerámicas y la confección de alfombras, reflejando una tradición artesanal que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Ubicado en la encrucijada entre Asia Central y el Medio Oriente, Turkmenistán es un país que despierta tanto curiosidad como fascinación. Gran parte de su renombre se debe al vasto desierto de Karakum, que alberga una de las mayores reservas de gas natural del mundo. Este recurso ha sido fundamental para la economía del país y ha influenciado muchos aspectos de su sociedad.
Turkmenistán es también conocido por su sistema político singular. La figura de su excéntrico presidente, Gurbanguly Berdimuhamedow, está en el centro de todo, con un culto a la personalidad que se refleja en numerosos aspectos de la vida cotidiana. Esta peculiaridad añade una capa extra de intriga, haciendo que quienes lo visitan sientan que han entrado en un mundo diferente y único.
La capital, Asjabad, es un verdadero espectáculo. Conocida por su arquitectura opulenta, la ciudad está llena de monumentos dorados que simbolizan la riqueza y el poder del país. Los edificios de mármol blanco y las estatuas doradas crean un paisaje urbano que no tiene comparación.
Aunque la industria del gas natural sigue siendo la base de la economía de Turkmenistán, el turismo está comenzando a despegar. Cada vez más viajeros se sienten atraídos por los sitios culturales y el legado de las antiguas ciudades de la Ruta de la Seda. Desde las ruinas de Merv, una de las ciudades más antiguas y mejor conservadas de la Ruta de la Seda, hasta las modernas maravillas de Asjabad.
Turkmenistán ofrece una mezcla fascinante de lo antiguo y lo contemporáneo.
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