Dibujando la frontera entre los países de Zambia y Zimbabwe se encuentra una de las principales joyas del continente africano. El río Zambeze se precipita desde una altura de 110 metros en una espectacular cortina de agua que puede alcanzar una anchura de hasta 1.700 metros. Este lugar tan excepcional no es otro que las Cataratas Victoria, o en idioma local “Mosi-oa-Tunya”, que vendría a ser el Humo Atronador, o El Humo que Truena. En ingles, Victoria Falls.
Veamos algunas de las características de las Cataratas Victoria que hacen del lugar un punto clave si viajas a África.
No podía ser de otra forma. Las Victoria Falls o Cataratas Victoria están entre las 7 Maravillas del Mundo declaradas. Esto quiere decir que se sitúan a la altura de la Gran Barrera de Coral en Australia, o el Gran Cañón del Colorado en Estado Unidos. Otra distinción que ostentan las Cataratas Victoria es la de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1989, con la consiguiente protección de una área de 8.780 hectáreas.
El vapor de agua emana de forma constante de las cataratas, y vuelve a precipitar suavemente, en la parte de Zimbabwe, en lo que se conoce como el Bosque lluvioso. Cada día del año, a todas horas, una fina precipitación riega la zona, y aunque la fina niebla de vapor desciende notablemente en la estación seca, aquí podemos observar el único lugar del mundo con lluvia perenne, y el hogar de interesantísimas especies vegetales y fauna.
Descubrir, descubrir nadie descubrió las cataratas… Desde tiempos inmemorables los habitantes de la zona tenían conocimiento de la cascada, lógicamente. Desde la perspectiva occidental tenemos la obligación de mencionar al archiconocido David Livingstone, que el año 1855 fue el primer europeo en llegar hasta el salto de agua. Bautizó la cascada con el nombre de Victoria, en honor a la reina británica.
El curso del río Zambeze es el más largo de los que desembocan en el Océano Índico. Si tomamos como referencia el continente africano, es el cuarto por su longitud, tras el Nilo, el Congo y el Níger. El río nace a 1.500 metros de altitud, en Zambia, cerca de los límites con la República Democrática del Congo y Angola, y atraviesa los países de Angola, Zambia, Namibia, Zimbabwe y Mozambique antes de verter sus aguas en el Índico formando un enorme delta de 12.000 kilómetros. Pero antes, el líquido elemento tiene que vencer dos importantes presas, unas cuantas cascadas y pasar por debajo de los seis puentes construidos para cruzar su cauce.
Entre los años 1904 y 1905 se construyó el puente que une por encima del río las localidades de Livingstone (Zambia) y Cataratas Victoria (Zimbabwe) salvando una distancia de casi 130 metros. Las diferentes piezas de acero del puente fueros transportadas desde el Reino Unido hasta Mozambique en barco, y una vez descargadas en el puerto de Beira, enviadas por ferrocarril hasta el lugar en que había que ensamblarlas y soldar toda la estructura.
Durante la estación seca los que no tienen miedo se pueden bañar en lo que se conoce como la Piscina del Diablo en la Cataratas Victoria. El bajo nivel de las aguas permite entrar en el curso del río y bañarse en el borde del precipicio. Muchos son los que alardean de tal cosa subiendo las imágenes preceptivas en las redes sociales. Nosotros no somos muy partidarios de tomar este riesgo inecesario, pues un simple resbalón puede resultar fatídico.
En un lugar tan y tan especial la simple contemplación del entorno, los colores del arco iris desplegados como un abanico en el cielo, el ruido atronador del agua precipitándose desde las alturas o penetrar en la niebla vaporosa es una experiencia fantástica. Pero hay más. En tu visita a las Cataratas Victoria, si eres de los amantes de la adrenalina, podrás practicar puenting en anteriormente citado Victoria Brigde, rafting, dar un paseo en elefante o sobrevolar la cascada en globo, ultraligero o helicóptero. Otra opción más relajada la ofrecen las embarcaciones que surcan el río Zambeze, en la parte anterior de la cascada, al atardecer. En la “capital de la aventura africana” podrás disfrutar al máximo de las posibilidades que ofrece el entorno.
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