Una de las localidades más llamativas y especiales de Benín la encontramos en el Lago Nokoué, cerca de la ciuda costera de Cotonou. Sobre sus aguas se levanta la ciudad de Ganvié, desplegando una curiosa arquitectura y forma de vida totalmente adaptada a las circunstancias.
No siempre ha sido así. La ciudad se levantó en su tiempo debido a los conflictos entre diferentes etnias de la región. Se sabe que la tribu de los Fon comerciaban con esclavos, aprovechando para sacar partido económico en una triste época en África, con el patrocinio de los portugueses en esta zona.
Para huir de la avaricia de la etnia rival, los integrantes de la tribu de los Tofinu, se instalaron en el lago Nokoué. ¿Así lograron despistar a los Fon? No exactamente. Más que nada sacaron partido a las creencias y religiones de la tribu rival, pues ellos tenían prohibido adentrarse en el lago. Resultó ser su salvación para no verse diezmados y transportados como esclavos a destinos desconocidos vía alguna de las Puertas de no Retorno esparcidas por el oeste africano.
Todo esto sucedía en el siglo XVII, y allí continúan los descendientes de los primeros pobladores, que en la actualidad suman más de 20.000 habitantes. Ganvié es de hecho, la mayor ciudad africana construida sobre palafitos, la Venecia africana, la llaman.
La vida cotidiana se desarrolla desde entonces sobre la superficie del lago, siendo las canoas el medio de transporte principal en la localidad, y la pesca, una de las actividades principales. Ésta última se ha desarrollado de una manera muy curiosa, pues los habitantes de Ganvié construyen una especie de corrales para los peces.
Colocan ramas de árboles y palmeras formando estructuras que pronto quedan recubiertas de algas. Allí se desarrollan los peces hasta que son capturados. Los pequeños islotes cerca de la riba del lago son aprovechados para cuidar algunos animales domésticos que complementan la dieta de los habitantes de la localidad.
En nuestro itinerario del viaje a Benin dedicamos una jornada a conocer la ciudad de Ganvié, para conocer su forma de vida, sus templos y fetiches, sus Iglesias del séptimo cielo, sus sistemas de pesca, su mercado flotante y entablar contacto con sus habitantes.
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