Viajar siempre es una experiencia enriquecedora que nos permite sumergirnos de lleno en nuevas culturas para descubrir su riqueza y su legado histórico. Pero… ¿Qué nos aportará un viaje cultural? Cada calle, cada edificio, cada rincón de una ciudad tiene su historia y más de uno ha vivido momentos únicos que marcaron su historia y la cambiaron para siempre. Los viajes culturales e históricos son una forma fascinante de explorar y aprender sobre el mundo en el que vivimos, dando valor a su legado el cual nosotros debemos preservar.
Cuando viajamos a destinos históricos, como ciudades antiguas o yacimientos arqueológicos de alguna manera conectamos con su pasado y nos permite comprender la evolución que sufrió esa sociedad con el paso de los siglos. Tenemos la oportunidad única de descubrir lo que hizo especial a antiguas civilizaciones, héroes o líderes y como la influencia de estas generaciones pasadas ha perdurado hasta nuestros días.
No solo es importante para comprender nuestra historia, el legado cultural nos ha permitido, sobre todo con el paso del tiempo, forjar nuestra identidad como sociedad. Dicen que viajar es vivir y es por ello que experimentar de primera mano este choque cultural, nos hará sentir más vivos y más sabios.
Preservar el patrimonio
El turismo cultural e histórico desempeña un papel fundamental en la preservación del patrimonio generando ingresos que permiten financiar su conservación y restauración. Viajar no solo facilita que los monumentos y/o edificios históricos puedan alargar su vida en buen estado, sino que también ayuda a las comunidades locales. Históricamente muchas comunidades se han sustentado a través del turismo convirtiéndolo en la principal fuente de ingresos a la vez que ellos mantenían su valor cultural para las futuras generaciones.
Un desarrollo sostenible y respetuoso
No se puede viajar a cualquier precio, todo tipo de turismo tiene su impacto en el planeta tierra y en la sociedad receptora de este. Muchos destinos atractivos a nivel turístico se encuentran en entornos naturales frágiles, por lo que es imprescindible promover prácticas turísticas responsables que no tengan un impacto negativo con el entorno. Debemos equilibrar la conservación del patrimonio con el bienestar de las comunidades locales y la protección del medio ambiente.
La experiencia del guía local, museos y exposiciones
Un guía local es la mejor manera de conocer todo acerca de una localidad y su legado histórico. Esta persona podrá brindarte de la información detallada sobre los lugares que se visitan. Se trata de un exporto, que amenizará el recorrido complementándolo con todo lujo de detalles y anécdotas interesantes que te acercarán a la cultura local. Además, es posible complementar estas con visitas a museos y exposiciones donde disfrutaremos de su herencia cultural de una manera muy visual.
Perderse es una manera de encontrar
A pesar de que una visita guiada nos aportará toda la información que debemos saber acerca de ese lugar, perdernos por las calles de un país explorando a pie, nos permitirá conocer la atmósfera de la zona brindándonos la posibilidad de hacer descubrimientos sorprendentes. Estudia tu destino, investígalo previamente y tu estancia se verá enriquecida.
Interacción con los locales
Ellos tienen las respuestas a todo, hablando con locales nos sumergiremos en su cultura, tradición, costumbres y es posible que obtengamos recomendaciones de primera mano para explorar mejor la zona. Una perspectiva auténtica y enriquecedora.
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