Hoy hablamos con nuestra compañera Ana para que nos explique los detalles de su reciente viaje a Perú. Ha viajado al país en una visita de prospección para conocer nuevas localizaciones y ha vuelto totalmente complacida con la experiencia. En la entrevista que puedes leer a continuación la sometemos a un cuestionario de satisfacción, nos revela los detalles del viaje y algunas particularidades.
Estuve unas 2 semanas recorriendo el país. Parte de los días invitada por la Oficina de Turismo de Perú, alojándome en los mejores hoteles del país y comprobando en primera persona porqué la cocina peruana goza de fama mundial. Probé excelentes platos en algunos de de los mejores restaurantes.
Este ha sido mi primer viaje a Perú y puedo decir que me sorprendió gratamente. Espero poder regresar en un futuro próximo. Me gustó lo bien organizado que tienen el sector del turismo. ¡Hay muchos y diferentes lugares para visitar!
Tras varios años trabajando el destino sobre el papel y en contacto constante con nuestro equipo allí, necesitaba conocer y vivir personalmente el Perú. Es curioso porque casi todo lo que visité fue tal y como me lo imaginaba, todo me resultaba en cierta medida familiar. Con la Oficina de Turismo de Perú la gestación y cerrar los detalles del viaje fue muy fácil y cómodo.
Después de unos primeros días de viaje continué varias jornadas por mi cuenta, pero no tuve ningún problema para visitar los lugares que me propuse. Las infraestructuras del país son buenas y, como digo, lo tienen muy bien montado.
No creas…. He viajado a Brasil, Venezuela, Ecuador.. y de Centro América conozco, México, Panamá, República Dominicana, Cuba… ¡Me gusta el calorcito caribeño!
Sin duda el Valle Sagrado es lo que más me ha gustado. Me encantaron los pueblitos y la paz que se respira en ese lugar tan místico y lleno de historia. También me sorprendió gratamente el paisaje del inmenso Valle del Colca, las terrazas de cultivos, las impresionantes montañas que delimitan el cañón,…
También tengo que destacar la sensación de tranquilidad y quietud al contemplar las espectaculares vistas del Lago Titicaca (el más alto navegable del mundo) al atardecer, desde la localidad de Sillustani.
Sólo algo de mal de altura o soroche llegando a casi 5.000 metros de altitud. Eso me ocurrió cuando íbamos por la cadena de volcanes saliendo de Chivay hacia el Valle del Colca. Es algo que puede pasar cuando transitamos por parajes tan altos. ¡No estamos habituados! Pero con la ayuda de infusiones de plantas autóctonas y mascando hoja de coca todo el día, fui mejorando progresivamente. Es el peaje que en ocasiones tenemos que pagar (no le pasa a todo el mundo) para conocer estos lugares.
El día anterior a mi visita a Machu Picchu, la ciudadela estuvo cerrada porque los trabajadores del Valle Sagrado estuvieron en huelga (por rumores de privatización de la gestión de todos los servicios turísticos de la zona). Eso provocó un desbarajuste total para reubicar a los visitantes en alojamientos que no tenían previstos, igual que sucedió con las plazas de tren y entradas al recinto arqueológico para el día siguiente (coincidiendo con los que ya tenían reserva para ese día).
Al día siguiente de mi visita a Machu Picchu, un derrumbamiento de la montaña en el Valle Sagrado provocó el descarrilamiento (sin heridos) de uno de los trenes que hacen el trayecto hacia Machu Picchu, provocando el paro total de la línea férrea.
En ambos casos, me libré por los pelos se verme envuelta en un gran lío.
Calzado cómodo, pastillas para el soroche, un buen anorak (aunque coincidí con la llegada del verano peruano, en los Andes y a tanta altura, las temperaturas son muy bajas) y un mapa del país (me encantan los mapas!).
Nunca me marcho sin mi aparato de mp3 cargado de música hasta los topes. La música siempre me acompaña y me resultó imprescindible para hacer más llevaderas las muchas horas de avión, los kilometros en buses por carretera, o las esperas en aeropuertos (he volado 9 veces en este viaje).
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