La increíble travesía de las mariposas monarca
Miles de kilómetros en busca del clima ideal
Su título nobiliario podría atribuirse a sus méritos logrados por sus largas travesías en las distintas generaciones atraviesan miles de kilómetros en búsqueda de las con temperaturas más suaves para reproducirse. Pero no es así, las llamadas mariposas “monarca” deben su nombre a su majestuosa apariencia y a sus colores reales. Los brillante colores naranjas, bordes negros y puntos blancos, impresionaron a los primeros naturalistas europeos que las describieron en el siglo XVIII.
Se cree que fue nombrada en honor al rey Guillermo III de Inglaterra, también conocido como Guillermo de Orange, por el tono anaranjado predominante en las alas de la mariposa. De ahí el apodo: “Monarch”, “la soberana”, “la reina de las mariposas”.
En ruta a sus “resorts de invierno”
La mariposa monarca (Danaus plexippus) es una viajera de élite. Pudiendo quedarse en su propia casa, decide cada año darse un viaje emprendiendo una épica ruta de más de 4.500 km en búsqueda de temperaturas más suaves. Abandonan Canadá y el norte de EE. UU en otoño, viajando hacia el sur-oeste a través de EE. UU para llegar a las montañas del centro de México, en estados como Michoacán.
Hibernan en los bosques de abetos oyamel, a altitudes de entre 2.400 y 3.600 metros, donde encuentran un microclima idóneo para pasar los meses de invierno. Aunque puedan parecer unas vacaciones, no viajan por capricho y es que, durante este trayecto, se produce la reproducción de esta especie que en primavera arrancará de nuevo su vuelo hacia el norte, donde serán los “hijos” o “nietos” de los viajeros, quienes llegarán al destino.
Es decir: ningún individuo hace ida y vuelta completa. Son generaciones sucesivas. Lo que sí se completa es el ciclo en grupo.
Un viaje inverosímil con un toque de misterio
Y te preguntarás… ¿Cómo es posible que viajen tantos kilómetros con su pequeño tamaño? A primera vista cuesta de creer que un insecto tan frágil (pesa menos de un gramo) pueda recorrer casi 5.000 kilómetros. Su viaje, no es cuestión de fuerza sino de estrategia y unos dotes biológicos sorprendentes.
Entre lo que destaca en su travesía, cabe tener en cuenta que viven hasta 8 veces más que una mariposa común gracias a un organismo preparado para almacenar grasa y energía retrasando así su madurez. Es decir, están diseñadas para sobrevivir una travesía que hacen utilizando las corrientes térmicas ascendentes planeando y recorriendo de 80 a 160km por día.
Su instinto, la posición del sol, y la detección del campo magnético terrestre, hacen que igual que sus antepasadas, puedan volar todas hacia los mismos bosques.
Una de las migraciones más espectaculares de la naturaleza
Ver millones de mariposas agrupadas en un bosque es algo mágico, y podemos pensar que ha sido fácil, pero se enfrentan a muchas amenazas durante este arduo camino. Además, los efectos del cambio climático, plaguicidas, la reducción de plantas de algodoncillo en sus países de origen, amenazan su supervivencia.
Por este motivo, su conservación es muy importante, ya que si desaparece este ritual migratorio afectará a los ecosistemas que dependen de ellas para su correcto funcionamiento.
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