La magia de Islandia, un lugar único
Acompañamos a Sela en su travesía por la tierra del fuego y el hielo
Viajar al centro de la tierra es una tarea imposible debido a sus altas temperaturas y la dificultad añadida de que no existen caminos practicables, pero al igual que el profesor Lidenbrock y su sobrino Axel, podemos viajar a Islandia donde nos espera un paisaje muy parecido. Esta tierra volcánica es un destino único que se muestra en su forma más salvaje y espectacular. Sus paisajes combinan volcanes activos, géiseres, glaciares, cascadas…
Un paisaje sacado de otro planeta
Una experiencia inolvidable, que nuestra compañera Sela nos cuenta como de maravillosa es y es que bajo sus propias palabras: “La magia de Islandia te hace sentir que estás en un lugar único”. Mientras repasamos las fotografías del viaje, nos damos cuenta de la belleza de los paisajes, distintos al resto y es que, aunque en Tuareg hayamos viajado mucho… siempre hay rincones de este planeta que nos siguen sorprendiendo.
La Península de Snæfellsnes es nuestra primera parada. Conocida por los locales como “La pequeña Islandia” esta tierra volcánica nos hace un pequeño spoiler de lo que será nuestro viaje. Cuevas, acantilados, playas de arena blanca o negra, formaciones basálticas esculpidas por el viento y a los pies del volcán Snæfellsjökull. Una tierra donde los caballos de carácter amigable campan a sus anchas aportando un toque mágico en un lugar ya de por sí legendario.
"Snæfellsnes nos hace un pequeño spoiler de lo que será nuestro viaje"
Avanzamos en nuestra ruta hacia el círculo de Oro, Sela nos cuenta cómo de impresionante es ver un chorro de agua hirviente que puede llegar a alcanzar 30 metros de altura. Imposible no quedarnos boquiabiertos en un entorno que se empapa de vapor. Pero esto es solo una pequeña parte del espectáculo de aguas que nos tiene preparada la isla, donde la Cascada de Gulfoss y sus fabulosos saltos de agua crean un entorno ruidoso a la par que espectacular, ofreciéndonos un momento para apreciar la fuerza de la naturaleza en todo su esplendor.
Seguimos descubriendo la isla
Es momento de emprender nuestra excursión a Landmannalaugar y es que toca perdernos en un mar de tonos de musgo verdes y amarillos, en una tierra de intensa actividad volcánica. Sela nos cuenta cómo se siente una sensación de asombro absoluto estando en un paisaje casi surrealista que culmina con un pequeño baño dentro de sus calurosas aguas termales. Sin lugar a dudas, un bueno momento para relajarse tras un trekking a través de un entorno exigente.
Tras nuestro paso por Landmannalaugar nos dirigimos hacia la laguna conocida como Fjallsárlón que permite rodearla transportados por una zodiac. Eso sí, siempre con la cámara en la mano porque el lugar se presta a tomar buenas fotografías. Un momento para tomar conciencia sobre la humanidad y como el cambio climático está afectando esta zona de glaciares y emprendemos nuestro camino de regreso.
Nuestra siguiente parada es tan bonita como difícil de pronunciar. Como dice Sela, el Islandés es uno de los idiomas más complicados de aprender del mundo y no es por menos; Kirkjubæjarklaustur puede provocarte una visita al logopeda. Aún así, sus playas de arena negra están rodeadas de impresionantes formaciones de basalto donde fueron petrificados los famosos “Trolls” De Reynisdrangar y que a día de hoy se encuentran frente al mar.
Poco a poco se acerca la despedida
Poco más tiempo nos queda en la isla, y una sensación de vacío nos invade. Islandia tiene mucho por descubrir y tras visitar la cascada de Skógafoss, una de las más grandes con 60 metros de altura, nos dirigimos hacia Glymur. Esta tiene el récord de la isla con sus 198m y es una de las más bellas de la isla, nutriéndose del deshielo glaciar. Pero el agua no es solo el espectáculo, su emplazamiento es lo que más sorprendió a nuestra compañera y es que en el camino hacia ella, pasaremos por un estrecho cañón y un fiordo.
De vuelta a nuestra ciudad una mezcla de sensaciones de nostalgia inmediata nos recorre, como si una parte de nosotros se hubiera quedado en esos paisajes de fuego y hielo, donde las frías mañanas recorriendo montañas de colores imposibles se han quedado grabadas en nuestras retinas. Islandia siempre estará ahí, igual que en nuestros corazones, y por mucho que la sigamos visitando, siempre tendrá algo nuevo preparado para sorprendernos.
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