Cien años, poca broma. La línea férrea que conecta Rusia de cabo a rabo, el Transiberiano, cumple 100 años de su puesta en marcha. Era un 5 de octubre de 1916 cuando se completaba el último tramo de la línea de ferrocarril más famosa de eurasia. Con la construcción de un puente para salvar el río Amur, en Khabarovsk, finalizaban las obras del último tramo de la línea principal del Transiberiano. Un puente que por sus dimensiones en su día fue bautizado como el «Milagro de Amur» y la última pieza de una obra mayúscula.