Las últimas tribus birmanas viven en el llamado triángulo de oro de Myanmar, alejados del mundo que les rodea y con tradiciones muy arraigadas.
La capital del estado de Shan, Kientung, es el punto de partida para aquellos que quieran adentrarse en el territorio através de un terreno accidentado para conocer las tribus que habitan esta zona. Llegar a ellos no es fácil. Requiere paciencia y un poquito de esfuerzo pero la recompensa es impagable por que el espectáculo que ofrecen con su vestimenta de colores, sus adornos, sus costumbres y su forma de vida hacen que el cansancio desaparezca.
Akka
Los Akha son de origen mongol y habitan en casas palafíticas construidas en bambú y otras maderas y cuyo tejado es una cubierta vegetal. Si algo destaca en ellos es su manera de vestir: el tocado está hecho a base de monedas de plata antigua y cordones sobre tela negra. Su manera de vestir también implica un código, segun se vista se sabe si está casado o no ,a edad y su clase social.
Enn
Conocidos como la etnia de los dientes negros. Son un pueblo animista que vive en las montañas cercanas a Kentung donde colocan los altares para los sacrificios. Tanto hombres como mujeres se hacen grandes agujeros en las orejas en el que se colocan un gran tapón de madera. Suelen vestir de negro y utilizan pequeños adornos en sus ropas.
Kaw
Este pueble tiene una curiosa manera de elegir donde habitar; dejan caer un huevo al suelo y si se despanzurra lo consideran como el mejor lugar para quedarse. Si pasa lo contrario, se van con los enseres a otra parti. Los hombre suelen llevar la cabeza afeitada exceptuando un mechon que les cae desde lo alto de la cabeza justo en el mismo punto donde los sacerdotes suelen lucir la tonsura.
Estos son algunos de los pueblos con los que uno puede toparse pero en realidad existen más de 130 tribus o etnias distintas . Todas ellas son especiales porque tranmite la pureza de una herencia incontaminada con unos estilos de vida que para nosotros son impensables e inimaginables y que en ciertos momentos parece que el tiempo se haya detenido.
Sólo por eso merece la pena viajar hasta este remoto lugar pero un consejo si decidis venir con nostros tenemos que ir de puntillas y sin apenas hacer ruido. Es su mundo no el nuestro.
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