Sabemos que una de las motivaciones principales que nos llevan a recorrer el mundo y viajar es tener la posibilidad de un contacto total con la naturaleza. Hay más motivaciones sin duda, como podrían ser los viajes culturales, viajes fotográficos o viajes relacionados con la historia y la arqueología. Pero hoy vamos a hablar de viajes en los que la naturaleza y los paisajes son los protagonistas. Veamos algunos de los entornos naturales más espléndidos a los que podemos viajar este verano.
Viaje a 7 paisajes naturales increíbles
Una fuente ardiente de colores en Estados Unidos
Parece el ojo maligno de Mordor, parece una pintura, el ojo de un reptil en la profundidad de la selva. Parece imposible.
En realidad se trata del gran surtidor de agua ardiente conocido por Grand Prismatic Spring. Una de las fuentes termales de mayor tamaño en el mundo. Y allí, por raro que parezca, unas bacterias logran vivir y reproducirse con normalidad. Son ellas las responsables del gran impacto visual y cromático que produce visitar el lugar. Sobra decir que el conocido Parque Nacional de Yellowstone rebosa de atractivos paisajes en sus cerca de 900.000 hectáreas protegidas. Aquí tienes otra buena foto del Grand Prismatic Spring.
Continente antártico
Al sur del sur se encuentra una de las joyas naturales del planeta Tierra. Agua, rocas y hielo forman unas combinaciones de una gran belleza y en constante cambio año tras año. En este escenario magnífico proliferan en verano las colonias de pingüinos y una gran diversidad de animales adaptados a las bajas temperaturas. El ciclo de la vida y las estaciones se expresan en la Antártida con todo su potencial.
Desierto de Namibia
En Namibia disfrutan de una naturaleza salvaje y una atmósfera de gran pureza, y extensos paisajes de dunas en algunos de los desiertos más antiguos del planeta. Aquí el viajero es posible que dispare compulsivamente su cámara en un intento vano de capturar la preciosidad del lugar. Queremos apresar el espíritu ancestral que flota en el paisaje, la gran obra maestra de la naturaleza. Lo intentaron en los petroglifos repartidos por el país nuestros antepasados prehistóricos. ¿Quieres intentarlo tú?
Mar verde y tostado en el lago Son Kul
Cuando la nieve se retira, se puede acceder al lago Son Kul en Kyrgyzstán. Es un bello enclave rodeado de potentes montañas del Asia Central en la provincia de Naryn. Se mantiene en sus orillas el estilo de vida nómada de los pastores kirguises que transitan por la interminable planicie buscando los mejores pastos para el ganado. El gran atractivo del lago Son Kul es fijar un punto de reunión para la población local.
Bahía de Halong en Vietnam
Uno de esos lugares que quitan el hipo al contemplarlo por primera vez. No es por casualidad que sus cerca de 120 kms de costa fueran declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1994. ¿Qué no se ha dicho ya de un lugar tan especial? ¿Qué adjetivo falta para explicar el increíble paisaje salpicado de islotes coronados por espesos mantos verdes? Todos quieren surcar las aguas de la Bahía de Halong y es un lugar que visitar sí o sí en un viaje a Asia.
Salto del Ángel, Venezuela
El salto de agua más alto del mundo. Una cascada tremenda, de una altura de más de 900 metros. Algo digno de ver. Naturaleza pura. Agua cristalina que se precipita desde lo alto de Auyantepuy y que empapa la selva que rodea la peculiar formación rocosa del Parque Natural de Canaima en Venezuela.
Los Tepuy, moradas de los dioses según la mitología local, conforman mesetas de paredes verticales muchas de las cuales no han sido hasta hoy tocadas por el hombre. Allí se encuentran especies endémicas singulares.
Una curiosidad. Entre los varios descubridores de la cascada (los indígenas no cuentan) consta un catalán nacido en Malgrat de Mar, Fèlix Cardona.
Inmersión boreal en Finlandia
No podía faltar en esta selección un paisaje muy especial retratado por Oscar Blanco. Su foto de las auroras boreales captada en el viaje a Finlandia fue la ganadora de nuestro concurso fotográfico, y nos invita a contemplar el paisaje desde tierra pero levantando la vista hacia el cielo y las estrellas. El paisaje total, una inmersión boreal en toda regla que toca con luces mágicas todo lo que está a su alcance.