La lava del volcán Erta Ale es un espectáculo que hipnotiza con su fuerza viva y fascinante. El magma que fluye del corazón de la tierra hecha llamas, explota y engulle las rocas, es un mar agitado de piedra líquida y negra.
Para disfrutar de este volcan etíope se deberá tener un espíritu aventurero ya que cualquier recorrido por zonas remotas lleva implícito »per se» un cierto grado de dureza. En el caso de esta ruta al Danakil, se añade el hecho de que el terreno y la climatología son poco amigables. Altas temperaturas, escasez de agua y terreno difícil se conjugan para exigir al visitante un cierto espíritu de sacrificio y de adaptación a las circunstancias. El esfuerzo tiene en este caso su recompensa.
Para llegar, cruzaremos la depresión del Danakil, dónde, durante cuatro horas de carretera asfaltada y paisajes de lava, llegaremos al lago Afrera también conocido como lago “Giulietti”. En sus orillas la evaporación deja como residuo una sal blanca y fina que se tiene por la de mejor calidad del Danakil.
El Erta Ale es un perfil que no parece intimidar, pero no hay que dejarse engañar: se necesitan cuatro horas para realizar la ascensión de aprox 500 metros de desnivel en 15 km, hasta llegar al borde del volcán.
Los últimos tramos del ascenso son nocturnos y llenos de emoción. Calor y oscuridad. Se percibe la luz naranja que emerge del cráter y el olor a azufre cada vez es más persistente.
El espectáculo no decepciona: llamaradas de magma, explosiones, y un mar agitado de piedra líquida; una cazuela gigantesca en la que se cuece la tierra.
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