Cerca del volcán Erta Ale (montaña humeante en el idioma de los Afar) se encuentra el lago Afrera. Sus aguas no calman la sed, pues se trata de un lago salado, pero son fuente de riqueza a base de sus minerales. A sus orillas se hace llegar el agua que una vez evaporada, deja como residuo una blanca y fina sal, la de mejor calidad del Danakil. Y es que hace millones de años toda la gran depresión del Danakil era un gran mar que al evaporarse ha dejado enormes depósitos salinos, hoy fuente de riqueza.
Merece la pena acercarse a ver las explotaciones salinas y contemplar las retículas que delimitan cada propiedad. Después de la visita a las salinas, el siguiente objetivo no es otro que el volcán Erta Ale.