En muchas ocasiones viajamos para conocer cosas nuevas y descubrimos lugares, paisajes y sensaciones maravillosas. Pero hay algo más, sin lo cual viajar no tendría ningún sentido. Algo que es el vivo reflejo de todo lo anterior, la verdadera esencia del lugar: la población local.
En todos nuestros años de experiencia hemos recorrido el mundo, cruzando nuestros caminos con hombres, mujeres y niños de todas las partes del globo. En ocasiones nos dedicaron sonrisas, y en otras, miradas sabias, inocentes o de curiosidad. En cualquier caso, sus rostros han quedado grabados a fuego en nuestras memorias y en la de nuestros viajeros, pasando a formar parte de nosotros y haciendo que ya nunca los podamos olvidar.
En su honor, hemos decidido hacer un recopilatorio de imágenes de personas que nos hemos encontrado en nuestros viajes. Son los rostros de la diversidad humana.
Fotografías de la interacción con la población local en viajes
Hombre nómada – Mongolia
Mujer Antakarana – Madagascar
Hombre fumando pipa – Tailandia
Niño Himba – Namibia
Mujer vestida de gala – Indonesia
Mujer con su hija – Guatemala
Mujer en el mercado – Sri Lanka
Mujer cuidando de su hijo – India
Hombre pensativo – Uzbekistán
Mujer sonriendo – Vietnam
Mujer pelando fruta – Irán
Niño de ojos azules – Tanzania
Niño jugando – Etiopía
Paramos aquí, aunque podríamos continuar. Imágenes con alma que reflejan nuestras interacciones con la población local, muchas veces exentas de palabras, que se vuelven innecesarias ante expresiones tan reveladoras.
Llegados a este punto, sabemos que las personas que componen nuestro entorno durante el viaje se convierten en una parte muy importante de este. En Viatges Tuareg, siempre apostamos por las rutas alternativas que facilitan este tipo de encuentros, claro está, siempre respetando el entorno y tratando de no ser invasivos. Esto nos lleva a escenarios en los que nos cruzamos con nómadas en Mongolia, conocemos a los Antakarana en Madagascar, vivimos la cultura local en el Esala Perahera de Sri Lanka, o lo que es aún mejor, nos alojamos en casas locales de Uzbekistán, de Indonesia y de Vietnam (entre otros destinos), teniendo acercamientos que crean un clima recíprocamente enriquecedor.
Porque sabemos que, al final, el valor humano que las personas locales nos aportan son una parte vital de la aventura.